Un estudio de diseño gráfico catalán llamado Ladyssenyadora conformado por los diseñadores Montserrat Raventós, Jordi Roca y Raimon Benach, que recibió 150 botellas como pago en especias de un cliente, oportunidad que aprovecharon para crear una “etiqueta imposible”, que se fabricó con el mismo vino de las botellas, con el propósito de hacer su propia marca, mediante una edición limitada de un poco más de un centenar de botellas, donde todos los materiales gráficos fueron hechos con los componentes propios del vino.
“Tinta de Vi” es el nombre de la marca, que en el proceso comenzó en septiembre del 2013 aprovechando el ciclo de elaboración del vino. Pasaron por varios etapas e intentos fallidos. Primero recorrieron técnicas de serigrafía o el letterpress, de las cuales resultó un exceso de agua, luego probaron deshidratando las madres del vino dejándolas reposar al sol, pero el pigmento resultante no era el adecuado, además sumaron otros procesos, como reducir el vino a fuego lento, en un horno con ventilador o llenar un cartucho de impresora doméstica con vino y la solución la encontraron de forma espontánea, ya que al dejar unas bandejas con vino en el techo del estudio, se formó una mucosidad morada que tenía el color y textura que querían para imprimir las etiquetas. Al obtener la pasta de vino fue un resultado exitoso, porque dio lugar a un proyecto muy novedoso, que logró fusionar de manera híbrida los ámbitos de la innovación, el diseño y la viticultura. Así vemos que el vino os proporciono a este estudio de diseño grafico una forma de darse a conocer a través del mundo del vino.
El diseño de la etiqueta y el empaque es muy novedoso e interesante puesto que esta hecho a base de vino para que vean nada es imposible de hacer ahora además de beberte el vino puedes hacer tinta.