Los expertos a través de los medios nos dicen que vinos beber, que opiniones debemos tener y cuáles comprar, pero la realidad evidencia que la mayoría de veces fallan
Muchas veces los aspirante a conocer algo más del vino, o los consumidores fieles al placer que les aporta una copa de vino después del trabajo, seguro que alucinan muchas veces con estos “expertos del vino”. Como dice el autor del articulo que os presento, estos especialistas mediante su lenguaje propio, poético y arrogante, hacen en muchas ocasiones que esa maravillosa copa te termine por sentar mal.
Este autor nos cuenta uno de los no pocos, supongo, experimentos a los que son sometidos estos especialistas. Comenta que un profesor francés de enología criado dentro del mundo del vino, puso a prueba a un grupo de 56 especialistas, presentándoles dos vinos uno de ellos como un gran vino y el otro de mesa, en realidad los dos vinos eran el mismo. Pero los resultados fueron concluyentes, solo dos de los 56 eruditos sospecharon, que no afirmaron, que el vino etiquetado como gran vino no era tan grande, y a todos los demás les pareció un vino de gran calidad, y en cuanto al vino de mesa, destacaron los innumerables defectos. En fin, ellos estaban predispuestos a sacar las virtudes de vinos de calidad y los defectos de los vinos baratos.
Este mismo profesor realiza dientes experimentos con botellas que se llegan a diferenciar hasta en 400 euros y no notan la diferencia.
En otro famoso estudio de Brochet se demostró que los expertos tan siquiera podían distinguir un vino tinto de un blanco. Comentando que los únicos que se dieron cuenta eran los que no estaban familiarizados con el mundo del vino, quiso concluir con esto que los especialistas están condicionados por sus convicciones y prejuicios.
Otra de las curiosidades que nos aporta es que elaborar un vino no cuesta en ningún caso mas de 15 euros y que los precios establecidos son solo una cuestión de mitología y marketing.
Con respecto a este tema de precios, otro estudio corrobora que por supuesto el precio influye a la hora de catar un vino. Un coste elevado influye no solo en el sabor sino también en el placer, sobre este tema también podríamos escribir unos cuantos artículos en muchos otros temas y ámbitos…

Este estudio deja notar lo listo que es nuestro cerebro, celebrando con mucho más entusiasmo nuestra parte del cerebro donde se ubican las terminaciones del placer cuando sabemos que la copa que estamos disfrutando es carísima.