Este artículo surge como respuesta algo revulsiva al convencionalismo de este autor. Toda una vida en una región donde el vino es casi cultura, obliga a que la mentalidad respecto a este mundo esté quizás institucionalizada en las formas, prácticas, modos, usos, costumbres y gustos.
Reconozco sentirme orgulloso del prestigio que la mención de mi “terruño” tiene en el ámbito internacional, pero quizás eso me haga a la vez pecar de una visión excesivamente tímida y tremendamente parcial de un universo tan amplio y variopinto como el del vino.
Y como el conocimiento y la cultura son la mejor medicina contra la ignorancia; he tomado la decisión de distanciarme de la sensación de comodidad que proporciona lo conocido y tratar de imaginar si hay algo más allá. Esto me ha llevado a buscar la definición de la OIV respecto a lo que es vino y la uva de vinificación, siendo estos los resultados:
El vino es, exclusivamente, la bebida resultante de la fermentación alcohólica, completa o parcial, de uvas frescas, estrujadas o no, o de mosto de uva. Enlace.
Uva de vinificación. Uva fresca que, por sus características, es destinada esencialmente a la vinificación. A condición de que pueda ser estrujada o prensada usando los procedimientos ordinarios de cada bodega y produzca espontáneamente una fermentación alcohólica. Enlace.
En este punto he de dar una breve explicación técnica; la uva es el fruto de un género vegetal conocida como vid, y cuando hablamos de vinos, hasta los más técnicos y expertos entienden que nos referimos a productos provenientes en exclusiva de la especie Vitis vinifera (cuya traducción sería “vid de vino”).
Pero… ¿existen productos que cumplan la definición y que aún así no sean lo que sean lo que popularmente llamamos vino? O dicho de otra manera, ¿se puede hacer vino con otras especies que no sean la Vitis vinifera?
Tras indagar en diversas fuentes; estas son las especies que teóricamente (y uso este término porqué no dispongo de medios ni referencias suficientemente fiables) producen vinos sin que sea necesario para ello un aporte de variedades de nuestra V. vinifera.
Vitis labrusca
Lo primero y principal, es que no debe confundirse con la conocida variedad lambrusco, pues lo único que pueden llegar a tener en común es la reminiscencia en nariz a la fresa.
La labrusca o parra brava (Vitis labrusca) es un arbusto trepador originaria de los Estados Unidos de América, que se ha ido extendiendo bien en su forma “pura”, bien como híbrido a otras regiones de América, destacando Argentina (se la conoce como uva chinche o monterrico) y Costa Rica (de cuya forma parece que sí existen vinos)
Planta muy vigorosa, muy productiva y regular. Es resistente al oídio y a los fríos de invierno, ligeramente sensible al mildiu y al black-rot. Produce vinos poco coloreados, con sensaciones sápidas frescas y frutadas, poco grado alcohólico, poca acidez y bajo pH.
La única referencia que me parece reseñable pertenece a la Fábrica de vinos Vicosa (indican que tienen estudios de cultivo con esta variedad pero parece que aún no elaboran con ella)
Vitis riparia
Una de las especies portainjertos de origen americano conocidas en Europa a tenor de la archinominada filoxera.
Basándose en varios estudios e investigaciones realizadas en universidades norteamericanas que la han cultivado y elaborado de manera experimental, se concluye que es una especie algo más exigente en nutrientes, que en su fase productiva es algo sensible a la humedad, los hongos y las podredumbres (curiosamente la parte vegetativa se caracteriza por ser significativamente resistente a estas condiciones)
No presenta grandes producciones, y los vinos obtenidos aunque de bastante color parecen ser propensos a las quiebras; como nota de cata parece destacar una sensación táctil y gustativa terrosa.
Vitis vulpina
Similar a la Vitis riparia, esta trepadora de orígenes norteamericanos puede llegar a alcanzar 25 metros de altura. Baya redondeada del tamaño de un garbanzo y muy ácida, convirtiéndose dulce después de una helada debido a una reducción de los niveles de ácido. Pese a sus motes (vid helada, vid de invierno y vid de zorro), es una vid que soporta muy mal las bajas temperaturas.
Aunque en varios artículos se indica que es habitual su uso para elaboración del vino, el que aquí escribe ha sido incapaz de localizar bodega alguna que elabore verazmente vinos con esta especie (hay indicios en algunas pero luego revisando sus vinos, o las proporciones son irrisorias o no se indica que elaboran con ella).
Vitis amurensis
De esta poco que decir; es de origen asiático, es de las especies más resistentes a las heladas, pero resiste mal la sequía; y su principal uso es como individuo hibridante.
¿Y por qué la incluyo? Pues por “regionalismo”, ya que uno de los profesores de la Universidad de la Rioja, Fernández de Toda está asesorando a bodegas chinas para que elaboren vinos con esta especie para tratar de resolver el consumo dentro del país; puesto que China “acaba” de descubrir el vino y son muchos clientes en potencia.
Vitis coignetiae
Otra especie asiática con un uso típico como ornamental, de hojas muy brillantes, de coloraciones muy potentes, sin grandes requerimientos ni nutricionales ni hídricos y poco sensible (en casos llega a resistente) de las principales enfermedades de la vid.
Es una especie poco productiva, y siendo estrictos, los racimos de esta especie son excesivamente holgados, con pocas bayas muy pequeñas y generalmente apirenas (sin pepitas); además dentro de la especie están constatados casos de plantas dioicas y casos de plantas monoicas (hay plantas macho, hembra y hermafroditas).
En Korea y Japón se elabora con esta (y otras especies) algo como vinos de mucho color, mucho extracto, sabores amargos, muy poco grado alcohólico (la especie es “pobre” en azúcares)
Vitis tilifolia
Especie semi-trepadora (suele habitar creciendo sobre otras especies arbóreas, pero es capaz de generar suficiente masa leñosa para crecer como una zarza sobre sí misma y alcanzar alturas significativas). Amplia adaptabilidad a diferentes condiciones hídricas.
Bayas de pequeño tamaño y coloraciones que dependiendo de la variedad abarcan desde coloraciones amarillo apagado hasta un morado apagado, con un perfil ligeramente bajo de azúcares, una acidez muy adecuada para posterior elaboración.
De esta especie sí que he localizado un vino citado por varias fuentes; Vino Huitzuco de la bodega Efrén Figueroa Rodríguez; situada en la zona de Guerrero (México); es un tinto de 11,0% volumen alcohólico. Según la propia bodega, «Se procesa de forma artesanal y se reposa en barricas de roble blanco. Vino con un tratamiento mínimo de filtración…»
Espero, que si como lector ha llegado hasta aquí, al menos le haya resultado curioso, no muy tedioso, y disculpe si algo no resultó de su agrado.